Menos mal que el universo me escuchó y me dio esos momentos agradables que le había pedido hace una semana, por que sino creo que la salida de esta comodidad de la que disfruté lo mas que pude, y a conciencia, se me haría aún más difícil de o que se me está haciendo.
Y me doy cuenta de que fue un invierno raro, veloz, pasional, instantáneo y hasta de a ratos destructivo y con mucha menos literatura de que soñé que iba a tener, pero con la compañía del mar y de reina siempre presentes.
Es que no puedo dejar de ver a la inmensidad y saber que voy a extrañarla, y voy a tener que buscarla, no bastará sólo con levantar los ojos y ver que está ahí, que estuvo ahí mostrándose celeste, azul, con arco iris, negra en las noches, gris cuando hay niebla, con cenizas de volcán, con tormentas de esas que pasan y de las otras, lunas que salieron de todos los puntos, ciclones, y rayos que iluminaron varios instantes, de los que se quedan en la memoria, y hasta me dió noches de fuegos artificiales, e inspiraciones momentáneas.
Tal vez sea tiempo para tratar de vivir a otra velocidad, de aprender a esperar o aprender a pedir, por que hay veces que este universo infinito del que hablo te regala momentos de amor que hace tiempo no vivías, que te descolocan lindo.
Y por más de que aun no pasó el tiempo necesario en medio de tanto cambio, sigo creyendo que esos momentos son especiales, y que por esos momentos uno vive.
Que son INSTANTES en que esta soledad pierde poder, si bien no deja de existir, en los que creemos que SI que nos merecemos eso y mucho más, que pude no ser tan difícil conectar.....
La parte más engorrosa, más aun que la mudanza, y eso ya es mucho, será cómo vivir hasta el siguiente "monento agradable".
y me encontrarás caminando y riendo a solas.
1 comentario:
cada vez que entro en cavilaciones parecidas, el siguiente momento agradable se me revela a los pocos minutos, demostrándome que están más presentes de lo que uno cree.
Buen blog, me disculpo por no haber entrado antes.
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