Desde marzo que no escribo, y será entonces que desde ahí ya no estaba bien, muchas, pero muchas veces intenté sentarme y tratar de explicar por qué me encuentro donde me encuentro, pero hay algo que no me cierra.
En el momento en que creía comenzaba una etapa de bienestar subjetivo, por que hablar de felicidad sería muy pretencioso, en cambio empezaba una carrera que me llevó a descubrir las profundas dimensiones de la angustia.
como yo que antes no podia entender esta frase, solo aquellos que lamentablemente experimentaron este sentir me comprenderán, no es algo de lo que me enorgullezca, no espero que me digan por la calle que debo pensar en las cosas que sí tengo, cuando lo que más me duele, es, que aquello que no tengo es lo que nunca dude me faltaría, pero que hoy en el día a día tanto brilla por su ausencia que ciega a su paso,
se que nunca tuve miedo a quedarme sola, nunca dude que iba a ser mamá a los 35, ni de tener mi casa con jardín, al que le de el sol a la tardecita.
lo que no sé es, si obré en definición, obviamente no, pero tampoco supe como hacerlo de otra manera.
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